Manuel dice haber conocido el infierno: “¡No voy a volver! Por nada voy a volver, voy a luchar, estoy luchando y seguiré luchando. (…) Necesitábamos un tiempo, un tiempo de reflexión, de cariño, de sentir un plato de comida caliente y no pelear por él. Necesitábamos dormir decentemente en sábanas limpias. Necesitábamos tener un contacto de familiaridad”.