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Manuel dice haber conocido el infierno: “¡No voy a volver! Por nada voy a volver, voy a luchar, estoy luchando y seguiré luchando. (…) Necesitábamos un tiempo, un tiempo de reflexión, de cariño, de sentir un plato de comida caliente y no pelear por él. Necesitábamos dormir decentemente en sábanas limpias. Necesitábamos tener un contacto de familiaridad”.
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Manuel es moreno. De frente amplia o cabeza de comba, dirían algunos, otros no lo molestarían. Seguirían su camino tras verlo a los ojos. Sus oyuelos, marcados por la preocupación, dan fe de la dura batalla contra el tiempo y la soledad que ha tenido que librar durante los años que ha vivido en las calles.
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Manuel es meticuloso, anota todo en un pequeño cuaderno que trajo de la calle. Un verdadero cronista autodidacta. Desde su primer día en Casa de Todos, ha observado, preguntado y olfateado cada detalle de la nueva vida del antiguo recinto taurino. Colecciona historias con la esperanza de, agún día, imprimir sus vivencias.
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Para Manuel, la convivencia en la calle fue muy difícil porque “amigos no hay en la calle. Hay personas y oportunidades. Hay personas que te buscan, quizás, para que puedas completar una botella de trago o hacer hora con ellos, divertir el día. Pero, amigos no hay en la calle”.
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“Siempre he vivido con temor en las calles porque soy una persona de edad. A veces, dicen este tío se la conoce todas, pero no. Hay muchos más antiguos que tú como muchos más jóvenes que de un solo clic te pueden desaparecer”, cuenta.
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Manuel dice haber conocido el infierno: “¡No voy a volver! Por nada voy a volver, voy a luchar, estoy luchando y seguiré luchando. (…) Necesitábamos un tiempo, un tiempo de reflexión, de cariño, de sentir un plato de comida caliente y no pelear por él. Necesitábamos dormir decentemente en sábanas limpias. Necesitábamos tener un contacto de familiaridad”.
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Manuel es moreno. De frente amplia o cabeza de comba, dirían algunos, otros no lo molestarían. Seguirían su camino tras verlo a los ojos. Sus oyuelos, marcados por la preocupación, dan fe de la dura batalla contra el tiempo y la soledad que ha tenido que librar durante los años que ha vivido en las calles.
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